Cultura

[Reseña] Anne with an «E»: resistencias y luchas

Por Marcela Espinoza Juárez

Nota: Puede contener spoilers

 

Por fin me hice el espacio para ver esta serie que habían halagado y recomendado tanto algunas mujeres de mi entorno. Vamos a ver de qué están hablando todas. Hasta el momento, de tres temporadas que lleva la serie, sólo he visto la mitad, pero me ha ido cautivando conforme se desarrolla la trama y el personaje principal me ha sorprendido lo suficiente como para asumir que la continuaré viendo hasta el final.

Esta serie retrata a una niña huérfana de 13 años, sus cuestionamientos, su particular e intensa personalidad, sus andares y la vida que tiene en el campo de un pueblo canadiense de finales del siglo XIX. Escogí esta serie porque me la recomendaron como un ejemplo magnífico de feminismo, así que comencé a verla con cierto recelo porque sé que la palabra “feminismo” se puede utilizar de forma conveniente y tramposa para desvirtuar la lucha de las mujeres o mantener los privilegios de los opresores; no me refiero a quienes me la recomendaron, sino a quienes la hicieron y la comercializan.

En el análisis que he hecho de esta serie identifico dos momentos: realidad contra expectativas y la investigación de la historia detrás de la serie.

En un primer momento, y esperando ver un feminismo de esos que incomodan a los desprevenidos, me encontré con las siguientes cuestiones:

  1. Los personajes son fascinantes, aunque en momentos parecen un poco forzados al querer resaltar sus atributos y peculiaridades. Lo entiendo porque si describieran sus evoluciones en tiempo real, esto resultaría eterno. Moira Walley-Beckett (creadora de la serie) ilustra las diferentes restricciones, violencias, prejuicios a las que eran sujetas las mujeres de ese contexto específico – y que se sigue experimentando en la actualidad con diferentes matices –, aunque lo hace de forma un poco velada e inocente, algunas veces a través de la voz de Anne. Debido al carácter de la serie, esta violencia está muy adornada y sobreentendida.
    Anne with an E. Netflix & CBS
  2. Anne es un personaje extraordinario que se sale del normal y eso la lleva a meterse en muchos problemas, pero su inteligencia la reivindica siempre en formas inimaginables – a veces forzadamente inimaginables. Esto refuerza lo que sucede con las mujeres siempre: se nos acusa de “buscar o provocar” las situaciones de desventaja y violencia en las que nos vemos envueltas, pero si conseguimos librarnos de nuestros yugos entonces es suerte o es por asistencia de un hombre. Lo mismo pasa con Anne, tiene que suceder algo extraordinario, inimaginable para probarse.
    Anne with an E. Netflix & CBS
  3. Hay un personaje, una mujer, que Anne describe como su modelo a seguir. Es una mujer sola, triste, inteligente, poderosa y dura. Se habla de una relación que tiene esta mujer con una compañera de toda la vida. Al inicio, no se habla directamente de su relación con esta otra mujer, no se nombra, excepto en una escena en donde le describe a Anne la tristeza de haberla perdido. Sobreentendida, así es gran parte de la narrativa de la serie, aunque valoro el hecho de que nos obliguen a ejercitar nuestra capacidad de deducción y análisis y nos enfrente a nuestros propios prejuicios. Este personaje es fundamental, es la inspiración a la resistencia y el rechazo a lo tradicional. Cuando apareció me decepcionó un poco, me gustaría ver a estos personajes, mujeres lesbianas, en otros contextos no necesariamente sombríos y amargos, como lo describe Adrienne Rich, como producto de resentimientos hacia los hombres, como si todo tuviera que estar centrado en ellos. Sin embargo, conforme la historia se desarrolla, se reivindica un poco a este personaje, aparece cada vez más y finalmente nos describen el mundo en donde habita junto a personajes relegados del mundo de decoro de la alta sociedad. La relación que se describe entre estas dos mujeres es del amor más leal, del compañerismo más profundo. Sin embargo, esta descripción viene acompañada de nociones de la heterosexualidad obligatoria en donde, en medio de ese mundo seguro y alejado del “normal”, hay una foto de las dos, cada una representando el papel que le tocaría en una pareja heterosexual. Pensando en el momento histórico, esto podría haber representado una rebeldía.
    Anne with an E. Netflix & CBS
  4. La generalidad de las producciones en televisión y cine comercializan la versión romantizada de la heterosexualidad obligatoria, Anne with an “E” no fue la excepción. A pesar de que el personaje de Anne tiene varios momentos de resistencia, siendo uno muy importante donde se cuestiona lo que le es permitido y puede hacer con su futuro por ser mujer, la creadora no dejó fuera la irremediable atracción por un hombre galante – por lo menos no le creó a un hombre al que tenía que reformar o salvar de alguna forma. Aun así, es importante resaltar el giro que dan los deseos y planes de Anne al encontrarse con esta mujer revolucionaria, como todas las mujeres que nos anteceden, de alguna forma resistió a esa heterosexualidad obligatoria
    Anne with an E. Netflix & CBS
  5. Se retrata a un grupo de mujeres que se llaman a sí mismas progresistas, que hablan de feminismo mientras bordan, que hablan de la educación de las niñas y reformas sociales mientras toman té – reformas que, como el resto, no se explican, se sobreentienden. Todo parece muy progresista hasta el momento en que sus incongruencias las rebasan y las condenan al olvido. Siendo Anne y la reivindicación de lo que se sale de lo “normal” el centro de la historia, entiendo esta condena como una defensa de lo radical y el rechazo al uso del feminismo como una forma de seguir perpetuando el patriarcado. Pareciera como si en colectivo no pudiéramos superar nuestra misoginia. Sin embargo, más adelante Anne y sus amigas en un ritual por el que en otra época las habrían quemado en la hoguera, retoman esa complicidad y acompañamiento mal entendidos entre mujeres.
    Anne with an E. Netflix & CBS

La serie de Moira Walley-Beckett comienza lenta, pero poco a poco va tomando cuerpo en esta niña que vemos crecer y cuestionar su existencia como mujer en un mundo que la margina por externar y resolver esos cuestionamientos.

Desde hace algunos años he comprendido que todas las personas caminamos el mundo con nuestras historias a cuestas, que estas historias nos proporcionan los visores para percibir la realidad y que dirigen, consciente o inconscientemente, nuestros actuares y creencias. No podía asumir que lo que veía en la pantalla era el resultado fortuito de una tarde de inspiración, todas las historias provienen de algún lugar.

Como algunas otras series y películas, Anne with an “E” está basada en una serie de novelas que comienza con “Anne of Green Gables” o “Anna de las Tejas Verdes”,escrita por Lucy Maud Montgomery en 1905. Leer la historia de Maud Montgomery, la mujer detrás de la historia de Anne, me brindó una nueva perspectiva. Me enteré que la historia de Anne es autobiográfica, no sé si de forma oficial ni qué tanto se apegue la serie y sus personajes a los libros, lo asumo por las personalidades y acontecimientos en la vida de Montgomery y lo que he visto de la serie.

La autora era una mujer potente, que luchó por salir de lo que era obligatorio para las mujeres de su época. Desde temprana edad comenzó a escribir y a publicar sus poemas. Siendo joven logró hacer de su escritura un trabajo redituable, escribiendo un gran número de libros e historias cortas. No fue sino hasta los 37 años que se casó con el segundo hombre con el que se comprometió en su vida después de haber cuidado a su abuela viuda por 13 años. Nunca cedió, continuó escribiendo a pesar de su rol de cuidadora y esposa. Buscó y consiguió estudiar y obtener un certificado en enseñanza y posteriormente estudió literatura inglesa.

Este periodo fue trascendental en la historia de las luchas de las mujeres blancas del Norte Global. La lucha por el voto, las mujeres que exigían decidir sobre sus cuerpos al demandar acceso a anticonceptivos, las involucradas en movimientos obreros y sindicales. Este era el contexto histórico de Anne, el contexto histórico de Maud Montgomery. No creo que la autora quisiera retratar un personaje fidedigno de la época y la historia canadiense, sino más bien y, a riesgo de equivocarme porque no conozco ni su carácter ni su personalidad, parece como si Anne fuese la personificación de lo que no se decía, no se debía hacer, de lo que se guardaba, de lo que se suprimía en las mujeres y también de sus deseos – una idealización.

Montgomery nos regala las historias de su vida, traducidas por las habilidades artísticas de Moira Walley-Beckett en una serie de colores campestres, flores silvestres, paisajes idílicos e historias de rebeliones de individuos invisibilizados históricamente (mujeres, personas racializadas, indígenas y personas de clases sociales desfavorecidas) en el Norte Global. Prefiero no utilizar frases como “era una mujer muy adelantada para su época”, estas mujeres inconformes y revolucionarias han existido siempre en la historia de un patriarcado que fuerza a las mujeres a cumplir con mandatos que las explotan, que las violentan, que ahogan sus voces. Nombrarlas de esta forma me parece que genera una categorización de la calidad de las mujeres.

Conozcamos, normalicemos y nombremos las resistencias y luchas de las mujeres en todo lugar y en todo momento.  Maud Montgomery era una mujer que utilizó su visión particular de la realidad, su inteligencia aguda y sus experiencias, para describir las incongruencias e injusticias de su tiempo a través de los ojos rebeldes de Anne.

Anne with an E. Netflix & CBS

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La Crítica