Convocatoria

[Recetas de las ancestras] El asado de mamás

Por Iliana Malagón

 

Tuuu, tuuu, tuuu. (sonido de teléfono)

Mamá: ¿Bueno? Sí, ¿qué pasó?

Yo: Hola, mami, ¿qué crees? Sigo mal del estómago, he estado comiendo muy insípido, ya me harté, llevo muchos días así pero, ¿sabes qué se me antojó?

Mamá: ¡Uy, qué la canción! ¿Qué?

Yo: El asado de res, se me hace agua la boca. ¿Cómo se prepara?

Mamá: Mmm, pues mira, llegas a la carnicería y pides cuete de res, bueno, en realidad es una bola grande de carne que puedes rellenar, tu abuelita lo rellenaba con tocino, pero le puedes poner nuez, yo no lo relleno, así lo dejo. Y lleva jitomate, mucho jitomate, ¡ah! Y necesitas una olla exprés, si no tienes olla exprés no sale. ¿Lo piensas hacer? Tienes que bañarlo muy bien en jitomate, si no, se seca. Bueno, a ver si en la semana te lo llevo. Bye

Hablemos de un guisado que nos regrese en el tiempo, así como en Ratatouille, uno que nos haga cerrar los ojos para disfrutar su sabor y nos saque una sonrisa de profunda satisfacción. Un guisado que más allá del sabor y los ingredientes, nos reviva momentos felices. Ése era el asado de mamá, uno de los tantos guisos que le heredó la abuela.

Ingredientes:

  • Cuete de res
  • Jitomate
  • Ajo
  • Cebolla
  • Papas
  • Olla exprés

La magia de este platillo me lleva a cuando estaba en la primaria. Mi mamá trabajaba, entonces mi abuela se hacía cargo de mí; regresábamos de la escuela, yo me sentaba en la sala de la casa y prendía la TV mientras mi abuela se metía a la cocina y en aquel lugar, donde se cocinaba amor, se acompañaban los sonidos de caricaturas, ollas, vapor y cubiertos.

 

Paso 1: Sellar la carne en una sartén con un poco de aceite. Como es una bola grande de carne, debemos asegurarnos de que cada lado esté sellado.

 

Más tarde llegaba mi mamá. Era enfermera y salía justo a la hora de la comida, ayudaba a mi abuela en lo necesario y comíamos. En casa, mi abuela y mi mamá se turnaban para cocinar, cuando le tocaba a mamá, ella dejaba la comida lista un día antes. El sazón de ambas era exquisito.

 

Paso 2: Licuar la cebolla, el ajo y mucho jitomate con un poco de agua y sal.

 

Cuelgo el teléfono y me emociono, desde hoy ya puedo saborear ese asado. Es el guisado más simple, sólo carne de res con papas y jugo de tomate, pero mi mamá sabe que no lo sé guisar, sobre todo porque me da miedo la olla exprés y no tengo.

 

Paso 3: Meter la carne en la olla exprés, verter la mezcla del jitomate y cubrir toda la carne, cerrar la olla y dejar cocer por 1 hora.

 

Llega el día, mi mamá llega a mi casa, me da el guisado, platica un poco y se va, llevo semanas queriendo comer algo delicioso; lo caliento y  le pongo mucho caldito de tomate, mientras entierro el tenedor en la carne y el cuchillo se desliza de un lado a otro, la carne va soltando su jugo,  lo baño con un poco de caldito, parto su trozo proporcional de papa y con el tenedor atravieso ambas porciones, no sabe igual si no está equilibrado en ingredientes, doy el primer bocado y, ¡bum! Nostalgia de sabor.

 

Paso 4: Mientras la carne se cuece, pelamos y partimos las papas en cuadros medianos.

Estoy sentada en la mesa con mi hija de 8 años que se niega a probar el asado, es tan remilgosa como yo de pequeña, entonces le platico una historia:

 

Paso 5: Ya que la hora transcurrió, destapamos cuidadosamente, sacamos la bola grande de carne y la partimos en varias rebanadas.

 

“Mira, este guisado me encantaba de niña, era mi comida favorita, lo cocinaba mi abuela y luego lo empezó a cocinar mi mamá, lo cocinaban muy seguido porque era algo jugosito y sin picante que podíamos comer los niños. Con este guisado me acuerdo mucho de cuando era chiquita como tú, me lleva a momentos que me hacían sentir muy feliz y tranquila, como por ejemplo, me acuerdo que me encantaba ir al trabajo de mi mamá y acompañarla en su rutina, escucharla hablar y hablar y hablar con sus amigas mientras trabajaba, ya ves cómo es tu abuela de parlanchina, te pareces a ella, también recuerdo que cuando llegaba del trabajo y se cambiaba el uniforme, yo agarraba su suéter y lo olía, olía a ella, olía a mamá, así como me dices tú que yo huelo. Entonces, este guisado me lleva a mi niñez, a las cosas que me ponían muy alegre, a cuando mi abuelita vivía, por eso me gusta mucho, pruébalo, por favor”.

 

Paso 6: Regresamos la carne a la olla, agregamos las papas y dejamos cocer por unos 10 minutos más.

 

Mi hija lo prueba, su cara cambia; “Está muy rico, mami”. Le llamo de nuevo por teléfono a mi mamá, le doy las gracias. La siguiente semana, cuando visito a mi mamá en su casa, me ofrece una olla exprés que ya no usa, sólo cómprale la válvula, me dice. Me río y le tomo la palabra, ya va siendo hora de heredarle recetas a mi hija.

 

*Este texto es resultado del taller Círculo Feminista de Lectura y Creación Literaria impartido por Montserrat Pérez en Ímpetu Centro de Estudios A.C. y posteriormente seleccionado para la convocatoria Recetas de las Ancestras de La Crítica

2 thoughts on “[Recetas de las ancestras] El asado de mamás

  1. Hija me hiciste llorar que bonita narración y que mejor explicada por ti, que viviste esa experiencia de saborear los guisados de tu abuela y que tú mami heredó y ahora les toca a ustedes hacer esos ricos guisados, que no se pierda esta tradición que la abuela dejó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La Crítica