Denuncia

Pese a denuncia por violencia familiar, funcionario de la Fiscalía de Querétaro permanece en su cargo

Querétaro, Qro. 16 de mayo 2019.- Gabriela escapó de la casa donde vivía con Marco Antonio Gómez Ábrego, actual Jefe de Dictámenes Diversos de la
Dirección de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado de Querétaro, porque tenía miedo de él. Sobrevivió a una relación de tres años, donde los maltratos físicos, económicos y emocionales fueron la constante. Aunque tiene una denuncia por violencia intrafamiliar (el pasado 8 de mayo fue vinculado a proceso) el funcionario sólo fue suspendido temporalmente y éste 16 de mayo regresó a trabajar.

Su relación comenzó en noviembre de 2014. Gabriela que es originaria de la CDMX, se fue a vivir a Querétaro por esas fechas y lo conoció en un curso de capacitación de la extinta PGJ, para perito en criminalística. Marco Antonio era entonces perito de identificación vehicular. Para el 14 de febrero de 2015 ya tenían una relación sentimental, en la que él demostró ser posesivo y celoso.

En la cafetería de la PGJ, terminando de comer, él se levantó y vio que se salía el resorte de mi pantaleta. A lo que reaccionó gritándome enfrente de los demás compañeros que también estaban comiendo: ‘siempre luciéndote y exhibiéndote, no mames’, aventó los platos a la mesa y se salió. A mi me dio muchísima pena y vergüenza. Me salí de ahí y me fui al baño a llorar. Solo un amigo se acercó a decirme que me alejara de Marco, que él siempre era así y que no me convenía”, recuerda Gabriela sobre las primeras agresiones.

En abril de 2015, Gabriela y Marco Antonio vivían juntos.  Ella recuerda ese periodo con ofensas, celos, agresiones públicas e infidelidades. Por ejemplo, a finales de ese año viajaron a Mazatlán y ella se puso una falda, ese fue el pretexto para que Marco empezara otra de sus agresiones. La insultó y le aventó dinero para dejarla sola en el hotel. Pero regresó borracho a insultarla de nuevo y golpearla. La empujó contra un buró y al verla tirada le advirtió “tú te caíste solita”. Gabriela se tuvo que encerrar en el baño, con terror a ser agredida con más violencia. Sólo pudo salir cuando Marco ya se había dormido, completamente alcoholizado.

Aunque dejaron de vivir juntos, Marco siguió acosándola para convencerla de volver. Ella recuerda que llegaba a buscarla en el vehículo oficial de la PGJ para “solucionar” las cosas, en una de esas visitas la golpeó en la cara.

“Así siguieron los tratos e insultos en todo momento, siempre lo terminaba pero las mismas veces regresaba con él creyéndole que cambiaría”, cuenta.

En agosto de 2017, Gabriela regresó con Marco Antonio, y la violencia fue peor que nunca. Ella recuerda que él incluso controlaba lo que podía o no comer. Marco fue ascendido a Jefe de Dictámenes Diversos, en la Dirección de Servicios Periciales. Gabriela dice que él se puso más violento que nunca, pues tenía más poder y dinero.

Días antes del cumpleaños de ella, en 2018, él le tiró todas sus cosas a la calle y la insultó. Gabriela se encerró en el baño y llamó a una amiga para pedirle auxilio. Cuando su amiga fue al domicilio donde vivía con Marco, él negó todo y no le permitió hablar con Gabriela. Fueron días de insultos, de estar incomunicada, y ser violentada a cada momento. Logró escapar de esa casa días después, a finales de mayo mientras él estaba de turno en la Fiscalía.

Gabriela es una perito que da acompañamiento a víctimas de violaciones y feminicidios. Considera que tener acceso a todos estos diagnósticos sobre la violencia feminicida hicieron más difícil su denuncia pues se siente decepcionada y a veces enojada consigo misma.

La ONU, por ejemplo, señala que “las raíces de esta violencia yacen en la discriminación persistente contra las mujeres”, es decir, la violencia contra las mujeres no es condicionante a los estudios, cultura, lugar de residencia o ninguna otra condición de la víctima.

Una vez que Gabriela logró escapar, Marco siguió acosándola, utilizando los bienes públicos a su favor para intimidarla. “Iba a casa de mis padres, alcoholizado, nuevamente en vehículos oficiales de la Fiscalía del Estado, porque quería verificar si yo ya estaba con alguien más, pegándole a mi puerta, dando arrancones y con la música a todo volumen”, recuerda Gabriela.

La Fiscalía: una red de protección para el agresor

Cuando Gabriela intentó denunciar y pedir una orden de restricción contra su expareja en octubre del 2018, la recepcionista de la Unidad 4 de la Fiscalía General del Estado de Querétaro fue la encargada de rechazarla. Le dijo que tenían mucho trabajo y que la orden de restricción debía solicitarla en un juzgado familiar. Gabriela entendió que las autoridades estaban a favor de él.

Fuente: Fiscalía General del Estado de Querétaro | Transparencia

Marco Antonio tiene una red de protección dentro de la Fiscalía, por ejemplo, Alejandro Gerardo Ábrego Rodríguez, quien es Subdirector Operativo y superior directo del agresor, es también su tío y quien lo promovió para su ascenso en la función pública.

Según el currículo de Marco Antonio publicado por la Fiscalía del Estado de Querétaro, su primer trabajo destacado fue entre 1997 y 1998 como representante de membresías en un centro comercial. En 1999, inició su carrera en el servicio público, como mecanógrafo en la Oficialía de Partes de la extinta Procuraduría General de Justicia en Querétaro. Para el siguiente año fue promovido a perito técnico en identificación de vehículos. En marzo de 2007, su tío, Alejandro Ábrego se convirtió en Supervisor de Dictámenes Diversos y en jefe directo de su sobrino.

Para 2016 Alejandro Ábrego ascendió a Subdirector Operativo de Servicios Periciales y con él, Marco Antonio fue promovido a Jefe de Dictámenes Diversos. En otra muestra de nepotismo, Caroline Lanestosa Oropeza, Directora de Servicios Periciales, y jefa de ambos, fue compañera de Gómez Ábrego en la Universidad Liceo, cuando ambos estudiaban Derecho.

Al saber que las autoridades no atenderían su denuncia, en febrero pasado, Gabriela denunció en redes sociales las agresiones de Marco, y exhibió dos audios con llamadas donde él la insulta y acosa. Un periódico local retomó la denuncia y la Fiscalía envió una notificación a casa de los padres de ella, para que les presentara su denuncia.

Gabriela acudió a la cita  y también se presentó en la Comisión Estatal de Derechos Humanos. El pasado 8 de mayo se realizó la audiencia inicial, Marco Antonio fue vinculado a proceso por violencia intrafamiliar. Y a pesar de que la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos le prohibiría seguir en funciones, Marco regresó a su cargo tras ser separado brevemente.

Fuente: El Tiempo de Querétaro

La resistencia de Gabriela

Para resguardarse de la violencia feminicida de Marco Antonio, Gabriela ha tenido que modificar por completo su vida y la de su hija adolescente. Desde 2017, sabe que sus teléfonos son intervenidos por personal de la Fiscalía. Cambió de números y de domicilio, pero el acoso no ha parado.

El último mensaje que recibió de Marco Antonio fue a mediados de marzo pasado, ahí el funcionario público le dice que no dejará de acosarla, y le advierte que tendrá que casarse con él.

Mi dictamén psicológico de Fiscalía concluyó en daño psicoemocional, miedo, sosobra, ansiedad y depresión”, cuenta Gabriela.

Como tantas otras sobrevivientes, Gabriela sólo pide que las autoridades garanticen que Marco Antonio Gómez Ábrego no la volverá a agredir.

Tengo miedo de que este caso como otros tantos queden impunes, en este momento él sigue contando con el apoyo de su tío (jefe) por lo que me da miedo que todo el proceso sea contaminado por sus influencias”, advierte Gabriela.

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La Crítica