Por Karla Oriana González Vergara

México, como el resto del mundo, enfrenta la epidemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2, conocida como COVID-19.

En este trabajo me interesa resaltar el trato que recibe el personal de salud en México, particularmente el gremio de enfermeras. Entre reportes que indican agresiones físicas y otras formas de violencia contra el personal médico, es importante cuestionarse cómo enfrentan las enfermeras la pandemia en sus vidas personales, más allá del espacio de trabajo.

Es preciso resaltar que la enfermería, en tanto profesión del campo de la salud, ha evolucionado de manera significativa en el último siglo, al tiempo que se busca su reconocimiento pleno y lucha por la eliminación de estereotipos negativos dentro y fuera de la vida hospitalaria.

Con base en la entrevista a cuatro enfermeras, de quienes por motivo de seguridad no daremos nombres, se puede afirmar que su vida laboral y privada ha cambiado mucho, en el ámbito profesional hay un estrés muy alto físico y emocional, además, las jornadas de trabajo se alargaron. Las enfermeras señalan que tienen que atender a pacientes con síntomas de COVID, y a la par, siguen brindando atención a otros pacientes con distintas enfermedades.

Las actividades que tenían como alimentar o bañar a los pacientes se ha convertido en actividades de sumo cuidado y doble esfuerzo físico. En sus testimonios, las enfermeras relatan que en sus respectivos hospitales les han sugerido no usar sus uniformes en la vía pública, a fin de evitar posibles agresiones.

Asimismo, las enfermeras detallan que se contagiaron de COVID durante su labor, una de ellas dijo que acabó con secuelas. Ellas han tenido distancia con familiares y amigos. Unas tuvieron que renunciar y buscar trabajos temporales. También mencionaron que hay un rubro de violencia institucional como paga baja, no tener materiales para el personal y para atender a los pacientes.

De acuerdo con los datos de la Agencia de Denuncia Digital, en lo que va del 2020 en México se han registrado al menos 21 agresiones a enfermeras, no obstante, se sospecha la existencia de más casos que no han sido denunciados o documentados debidamente. Respecto de la Ciudad de México, uno de los casos más destacados ha sido el de Francia López, quien el pasado 17 de abril, fue agredida de forma física y verbal, en la alcaldía Gustado A. Madero, por dos personas, según refiere una nota publicada en Excélsior (21/04/20).

Keyla Fragoso, pasante de enfermería en unidad de cuidados intensivos neonatales y docente adjunta en la licenciatura de enfermería,  narra su labor en las últimas semanas de la siguiente manera:

KOGV: ¿Por qué has elegido ser enfermera?

KF: Decidí estudiar enfermería porque para mí la única manera de ayudar realmente a un ser humano es cuidando de su salud, ya que la salud lo es todo.

Recuerdo que dentro del programa de las primeras clases de la carrera se enfocaban mucho a definir o explicar la “salud integral”, porque se trata del estado de bienestar ideal, el cual solamente se logra cuando hay un equilibrio entre múltiples factores que permiten un adecuado crecimiento y desarrollo en todos los ámbitos de la vida. Por ello, cuando ayudo a lograr ese estado de completo bienestar en los demás, me siento mejor persona; estar junto a alguien en sus peores y mejores momentos no tiene precio.

KOGV: ¿Cómo es ser enfermera en tiempos normales y cómo es ser enfermera en estos momentos en medio de una pandemia?

KF: Para esta pregunta creo que primero habría que responder «¿qué se siente ser enfermera en México?». Tristemente en nuestro país no se valora la profesión dado que es un país muy pobre en creencias, valores, educación y cultura.

Hoy en día, para la sociedad mexicana vale más ser futbolista, cantante o actor, que ser personal de salud. Las personas siempre dicen que para ser enfermera se necesita tener «vocación» y yo pienso que la vocación surge al sentir empatía por quien no puede, o no sabe, cómo cuidar de sí.

Al mismo tiempo, la vocación se funda en un gran respeto por las personas y sus maneras de vivir y afrontar la vida y la enfermedad, y eso se aprende, no se nace con ello.

Para mí, la vocación es tener la motivación para querer aprender a ayudar, para estudiar continuamente, para investigar e innovar. Por eso ser enfermera en tiempos normales es todo un reto al que nos enfrentamos día con día en el ejercicio de nuestra profesión. Y en época de pandemia, se reconoce ese esfuerzo, esa es la única diferencia, nuestra labor comienza a ser valorada.

KOGV: ¿Qué es lo más difícil de pertenecer al personal de salud?

KF: Existen muchas dificultades en el ejercer de la profesión, estos van desde los personales hasta los que involucran todo lo que nos rodea.

Para mí los principales son: la falta de reconocimiento del quehacer diario de enfermería, quiero decir, seguir a la sombra de que somos las achichincles del médico, las ven y trae de los cirujanos, la señorita que no sigue las indicaciones del doctor. La falta de reconocimiento del resto de los profesionales con los que colaboramos día con día es una gran dificultad para cumplir con nuestra labor. Y también la falta de reconocimiento de los y las pacientes, y por ende, de la sociedad.

Por otro lado, hablando en el aspecto personal, la falta de tiempo para una misma y para la familia, amistades y seres queridos, los desvelos por largas jornadas laborales que te llevan directo a la cama a dormir, te privan de la convivencia, recreación y del cuidado de una misma; y por último, la poca o pobre remuneración económica que te hace tener que recurrir a dobles turnos, guardias, cuidar a domicilio, etcétera.

Keyla y los cuatro testimonios que he resumido en anteriores líneas coinciden en la motivación, en querer ayudar a las personas, cada una de ellas tiene su razón personal por la cual eligieron estar en el área de salud y día a día lo recuerdan para apoyar a la población.

No todo son malas noticias, a pesar de las dificultades propias de la pandemia, la solidaridad también se ha hecho presente. Por ejemplo, en las inmediaciones de la conocida Clínica 27 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en Cuauhtémoc, algunos locatarios han obsequiado alimentos de forma gratuita a personal de salud y personas necesitadas. En diferentes partes del mundo han tenido gestos de agradecimiento al personal de salud, pero en México lamentablemente no.

Las enfermeras tienen un papel muy importante en el área de salud, son ellas las que nos ven nacer y ver morir, y justo ahora ellas hacen lo posible para que los y las pacientes con COVID, así como otras enfermedades, tengan una muerte digna, con el menor dolor posible. Por si fuera poco, de entre todas las cosas que realizan, las enfermeras han elaborado estrategias para que los familiares sigan en contacto con el o la paciente, por ejemplo, han organizado videollamadas para que familiares y pacientes puedan hablar un rato.

La manera en que hacen su trabajo es admirable, viviendo turnos largos, soportando el calor y el sudor, tratando de brindar una atención eficaz. Ellas se llevan los regaños del personal, de la persona enferma, de los familiares y todavía tienen que salir a enfrentarse a situaciones de violencia, creo que es importante ponerse en el lugar de ellas, valorar su lucha, aprender que para ellas también es difícil sobreponerse a estos días, ya que tampoco se esperaban una situación como la que estamos viviendo.

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La Crítica