Arte

[Calaveras Feministas IV] El macho y la muerte

Imagen tomada de Yahoo.com

Por Miss Andrea

 

El machito huía de la muerte

Ya muy anciano y demacrado

Creía que solo era mala suerte

Pues de la verdad se había olvidado

 

La huesuda tras él iba corriendo

Mientras curiosa se preguntaba

¿Por qué de repente estaba huyendo?

Si  tan cerca de ella siempre se encontraba

 

Nadie sabe porque huía

Ni nadie sabe que pensaba

Nadie sabe a qué le temía

Ni tampoco qué ocultaba

 

No tenía una dignidad que perder

Algo o alguien que proteger

Alguna propuesta que defender

O algún camino que escoger

 

En medio de la persecución

Se escondió en el Palacio Nacional

Y cruzando entre la corrupción

Hizo lo convencional

 

De falacias el viejo se vistió

Pero la muerte olió la mentira

Y pues así lo distinguió

Sin necesitar tenerlo en la mira

 

Cuando la muerte lo encontró

El machito logró escaparse

Y así él le demostró

Que ya debía de apresurarse

 

El anciano se metió en una iglesia

Y se puso una sotana

Para aparentar inocencia

Situación bastante insana

 

Pero la muerte nuevamente

Olió la pobreza, la guerra y la hipocresía

Encontrándolo fácilmente

Entre toda esa moral vacía

 

Cuando ya estaba por atraparlo

El machito huyó otra vez

Y lejos de querer dejarlo

La calaca sintió interés

 

Pronto llegó a una cabaña

Allá perdida en la sierra

Que así como la montaña

Tenía el piso de tierra

 

Ahí vivía una humilde mujer

A quien ayuda le pidió

Y como ya deberíamos saber

Ella muy amable accedió

 

La mujer lo cubrió con un velo

De marido cariñoso y responsable

Y el viejo mordió el anzuelo

Como era lo más probable

 

El machito sintió un olor

A egoísmo y abuso

Era el verdadero hedor

De ese velo que se puso

 

Pronto se empezó a asfixiar

Sin entender que sucedía

Pues era la muerte muy peculiar

Quien de mujer se vestía

 

El anciano le pidió desesperado

Que por favor su vida salvara

Pues estaba muy angustiado

De que pronto su fin llegara

 

La muerte sacó su guadaña

Y con ella el cuello le cortó

Así con esta buena hazaña

Feliz su camino continuó

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La Crítica