Una disculpa es el ejercicio protocolar desde la lógica judeo-cristiana del reconocimiento del daño para que se pueda “perdonar”, es decir, para que se pueda “dejar pasar”.
Mary Shelley es la película perfecta para verla en una de esas tardes en las que te sientes rendida y casi quebrada.
Hace unos meses un ginecobstetra comenzó a quejarse conmigo sobre cómo “ya no se les podía decir nada a las mujeres embarazadas, que todo ya era considerado violencia obstétrica”. Sobra mencionar que esta opinión es bastante generalizada. Eso me dio a pensar en cómo en el personal de salud tiene la costumbre de tratar de manera paternalista a las mujeres que requieren asistencia médica, pero también a las médicas.
Esta es la segunda parte del texto: Ginocidio como oportunidad de negocios para los de […]
Luz Gabriela Guzmán Nieves En estos días hemos visto lo que se ha generado después […]
Cuando una hija avisa a su madre que ha sido abusada por un familiar hombre, esta puede optar por dos opciones: 1. Creerle y 2. No creerle.