Feminismo

“Existimos y aquí seguiremos”, la Kermés Lencha es un espacio seguro de encuentro, visibilidad y creación artística de lesbianas en México

Por Angélica Jocelyn Soto Espinosa 

 

Ciudad de México,- El arte hecho por lesbianas contiene un relato propio de su vivencia y da fe de que existen a pesar de una sociedad que busca ocultarlas, negarlas o exterminarlas. Ello hace urgente un espacio seguro para encontrarse, hacerse visibles y “reencantar el mundo” contando su propia historia, coincidieron en entrevista las organizadoras y artistas que participaron en la segunda edición de la Kermés Lencha. Lesbianas y brujas

El pasado 25 de octubre se llevó a cabo en el Centro Cultural Futurama, en la Ciudad de México, la segunda edición de la Kermés Lencha, un encuentro autónomo y autogestivo para que creadoras y artistas lesbianas feministas se conozcan, se reúnan, expongan sus obras, den talleres, vendan sus productos, bailen, sean amorosas y visibilicen su existencia. 

Fotógrafa: Jennifer González

“Estamos muy contentas y profundamente agradecidas por la complicidad de todas para llegar hasta este momento. La maravilla de encontrarnos entre tantas mujeres lesbianas tan talentosas, sensibles y poderosas. La mirada de las mujeres no solo es necesaria, es esencial. Es nuestro deseo y nuestra apuesta visibilizar nuestra existencia (…) Aquí estamos dando fe de vida, de nuestra existencia lésbica, de nuestro quehacer en las artes, de nuestra alegría y voluntad de vivir, de la ternura que queremos convidar y tejer entre todas. Aquí estamos, existimos y aquí seguiremos”, fue una parte del mensaje con el que Verónica Villa Gutierrez, una de las cinco organizadoras del evento, inauguró la exposición artística “VisibLes: arte y memoria lésbica” que acompañó esta segunda edición de la Kermés Lencha

Equipa organizadora de la 2a Kermés Lencha (de izquierda a derecha en la imagen): Gabriela, Norma, Verónica, Carol y Norma

Este evento se organizó en un contexto en el que las lesbianas son perseguidas e invisibilizadas como expresión de la lesbofobia que impera en México y el mundo. No existe una cifra oficial de crímenes de odio contra lesbianas, pero el no gubernamental Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contabilizó 39 asesinatos de lesbianas entre 2014 y 2025. Este dato podría ser un subregistro dado que en muchos de los asesinatos de mujeres, la lesbiandad como característica de la víctima o  motivación del asesinato es un dato que no se recaba o se oculta. 

Fotografía de Angélica Jocelyn Soto Espinosa

Al hacer arte, “las lesbianas estamos resistiendo también y dejando un archivo histórico de que existimos. No somos poquitas y estamos siendo súper creativas, estamos escribiendo, en el activismo, en la pintura. En todos lados estamos, nos quieran ver o no”, agregó Villa. 

Fotografía de Jennifer González

En esta segunda edición se presentó el trabajo de cuatro fotógrafas y cuatro artistas visuales, cuyas obras recuperan diferentes temáticas como la autobiografía, la naturaleza, la intimidad, la figura de la bruja como metáfora de la lesbiandad y la recuperación de las narrativas de las mujeres sobre sus cuerpos. Las autoras fueron Lila Jamieson, Norma Jiménez (La Malhablada), Enig Shades, Jennifer González, Karen Vázquez, Verónica Villa, Jan Rosagel y Tina Morales (Gaviota Kun).

Para Jan Rosagel, artista multidisciplinaria y autora de las obras “Las amantas” y “El nacimiento estelar” (Cianotipia en papel), la kermés Lencha es un lugar irreverente porque evocar en voz alta la lesbiandad en el arte sigue siendo motivo de castigo. Para ella, en el arte hay una individualización y discriminación evidente de la lesbiandad. “Una a veces piensa que anda mucho en soledad en la lesbiandad pero cuando ves que hay tantas dices por qué vivimos como si no existiéramos. Toda esta visibilidad y contacto me parece muy alentadora y re encantadora del mundo. No le apuesta a la desesperanza”. 

De acuerdo con la artista, una mujer que evoca el amor y la creación está construyendo una forma de libertad. “Algunos dirán que el arte no sirve para nada pero en términos utilitarios capitalistas. El arte sirve para el espíritu. El arte siempre ha sido un refugio y los refugios son importantes en sistemas que oprimen y violentan todo el tiempo. El arte se vuelve un refugio y se vuelve un territorio para encontrarnos, encontrar nuestra voz y usarla”. El arte de las lesbianas en particular contiene el relato de su existencia porque, de acuerdo con la artista, el testimonio siempre ha sido una herramienta de las mujeres para crear. “Ya dirán los machos que eso no es arte. La lesbiandad siempre va a construir sobre la lesbiandad, es un tema al centro”, señaló. 

Fotografía de Angélica Jocelyn Soto Espinosa

 

Además de la venta de productos y lectura de poesía, esta edición —enmarcada en la temática de brujas— tuvo una oferta amplia de talleres como “Danzas y espiritualidad”, de Gretel Dueñas; el “Taller literario para escribir conjuros”, de Karina Vergara Sánchez; “La orácula Lencha”, de Cristy Montejo; “Profecías poéticas para brujas modernas”, de Monserrat Pérez; “Las brujas escriben su deseo”, de Daniela Ortega; “Oráculo dentro del caos”, de Morada Vulvada; “Magia y medicina”, de Renata Moreno, y “Elaboración de piñata Lencha”.

Al respecto, Gretel Dueñas, quien enseña coreografías o bailes basados en movimientos a centrales de mujeres, recordó que el baile permite el conocimiento de nuestra propia cuerpa, un conocimiento que nos ha sido históricamente negado. Esto no solo ayuda a generar movimientos nuevos que escapan a las formas patriarcales que muchas veces rieguen las formas convencionales del baile sino también a formular otras formas de conocimiento sobre nosotras, como el poder de nuestra fuerza, por ejemplo. “Hacer tu propia forma de movimiento es negarte a esas formas que nos imponen los otros”, explicó. 

Fotografía de Jennifer González

En esta edición de la kermés Lencha hubo, además, la presentación musical de la compositora Amatista Lía —cuyas letras relatan las rebeldías cotidianas de las mujeres frente a sistemas de opresión-, así como presentaciones de poesía —coordinadas por Carol Cervantes— con varias poetas, entre ellas Victoria Aldunate Morales, sobreviviente de la dictadura chilena, Karina Vergara, Monserrat Pérez, Abihail Rueda, Jan Rosagel y Aura Sabina. 

También hubo un slam en el que participaron mujeres de diferentes edades y con diferentes temáticas e incluso una poeta de 11 años. Y, en las actividades clásicas de esta Kermés estuvo otra vez el registro civil para casarse entre lesbianas y otros juegos de feria. Al cierre, las asistentes bailaron con las “Musas Sonideras”.

“En el arte hay un gran rezago de mujeres pero aún más cuando se trata de lesbianas. Hay muchas artistas a las que no se ha priorizado nombrarlas como lesbianas. Y nosotras tenemos otra forma de mirar, otra forma desde dónde nos paramos para ver este mundo desde esta mirada artística (…) el arte se ha usado para narrar, para negociar, es un ente y es totalmente responsable quien lo crea y para qué lo crea. Creo que las mujeres creamos arte desde nuestra propia narrativa y desde ese posicionarnos frente al mundo. Aquí estamos, existimos y queremos contar nuestra historia. La historia de las mujeres no está en esos libros de los dueños del poder pero está en el arte, en las cosas que creamos, en nuestro accionar”, dijo la artista Norma Jiménez (La Malhablada) quien además es de las organizadoras de la Kermés. 

Fotografía de Jennifer González

Para Norma Cruz, otra de las organizadoras de esta Kermés, en esta segunda edición se registraron más compañeras que la vez pasada. Este evento, precisó, no se reivindica desde la diversidad sino desde la lesbiandad y la necesidad de crear espacios seguros y de contribuir a nuestra autonomía económica. “Muchas de las que estamos aquí tenemos nuestros propios trabajos que a veces no nos gustan mucho pero que tenemos que hacer para sobrevivir en esta sociedad capitalista. Aquí, en cambio, podemos crear lo que nos gusta y, al mismo tiempo, generar un poco y compartir con las otras lo que hacemos”, detalló. 

 

En esta edición también participaron con la venta de al menos 40 mujeres artistas y creadoras procedentes de la CDMX, Aguascalientes, Veracruz, Jalisco, Puebla y Yucatán, Quintana Roo, quienes vendían comida, bordados, pintura, poemarios, fanzines, playeras, macetas, grabados, stickers, entre otros productos de su completa autoría. 

Carol Serrano, otra de las organizadoras, dijo que el mensaje político de esta edición está en la posibilidad de crear un espacio para lesbianas por lesbianas separatista. “La lucha del espacio ha sido difícil, no es fácil encontrar espacios que reconozcan esa visibilidad y que nos den permiso de estar y nos respeten ese espacio. Desde la perspectiva patriarcal, el arte debe pasar por ciertos requisitos. Pero nuestras experiencias de vida, politizadas, dan para crear arte”, señaló. 

Fotografía de Jennifer González

 

Por su parte, Gabriela Landa, también organizadora, recordó “estamos visibilizando temas de lesbicidios con una ofrenda y conjurando para nosotras. La relación entre brujas y lesbianas es que ambas se salen de la norma. Necesitamos crear nuestra propia visibilidad, nuestro propio lenguaje y arte desde una perspectiva diferente a la que generalmente la sociedad dice”. 

Las organizadoras anhelan que este proyecto crezca y se reproduzca, ya que sigue siendo esencial tener un lugar para reunirse y sentirse en paz, seguras, poder besarse y bailar lejos de una mirada hostil y con el miedo de que les suceda algo por el simple hecho de tomarse de la mano. 

*Si quieren conocer los proyectos de todas las artistas y creadoras que se presentaron en la Kermés, pueden seguir aquí la página en Instagram de la Kermés Lencha.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La Crítica