Feminismo

Frente a todos los tipos de violencia estética: la dignidad de la vida

Por Lova Franca

Nos imponen el ideal de un peso específico, de una estatura específica, de un color de piel, de unos ciertos rasgos, incluso de cierta cantidad de vello en el cuerpo según el género con el que nos socializan y hasta de un cierto tipo de “imagen” según la edad y la cercanía o lejanía con esos ideales.

Estas imposiciones son llamadas normas de belleza y se refuerzan de muchos modos: desde el piropo en la calle, que es una violencia que refuerza a otra violencia, hasta con los certámenes de belleza de las escuelas de preescolar y primaria y hasta en otros niveles. Por otro lado, aunque es una imposición, nos instalan la idea de que hay que perseguir el ideal de belleza a toda costa. Y por eso se vuelve un bien individual que nos pueden arrebatar si nos portamos fuera de las normas de conducta que nos dictan a las mujeres.

Así, por un lado nos imponen y refuerzan estereotipos y luego nos amenazan con retirarnos los “privilegios” de estos estereotipos si no nos portamos como nos dicen que nos debemos comportar.

¿En qué se parecen estos certámenes de belleza en las escuelas, los certámenes de belleza que impulsan los gobiernos municipales y estatales, las empresas comerciales a nivel nacional e internacional y hasta la llamada imagen buchona que muchas mujeres aspiran a alcanzar? En que dan dinero a las instancias que promueven los certámenes e imágenes y en que cosifican a las mujeres para usarlas por un beneficio económico.

¿Las escuelas obtienen beneficios económicos con estos concursos? Sí.  Los gobiernos municipales y estatales también, al igual que las empresas comerciales.  Por su parte, las industrias farmacéutica, quirúrgica y cosmética reciben enormes cantidades de dinero generado por esta violencia estética contra las mujeres.

También se parece en que las familias de esas mujeres muchas veces se ven empobrecidas para alcanzar el ideal de tener “una hija bonita” reconocida por una institución, en este caso, escolar. Muchas veces las familias creen que tener una hija bonita y conocida-popular puede darles la opción de ascenso social o económico si la hija consigue un marido o una pareja con recursos económicos. Entonces, las familias se endeudan o regalan su tiempo y trabajo a la escuela con el propósito de que en un futuro su hija les regrese ese dinero si se casa bien o si consigue una pareja adinerada.

Ahora bien, ¿por qué están aumentando los casos de violencia con ácido contra las mujeres? Porque representa el intento de “arrebatar” la belleza a las mujeres que no se portan como lo dictan sus parejas; es decir, porque es un mecanismo de disciplinamiento para “quitarnos” lo que nos imponen.

Los estereotipos de belleza tienen al menos dos propósitos en esta violencia estética:

a) Volver a las mujeres más vulnerables*, tanto física como psicológicamente, pues al no alcanzar los ideales nos sentimos menos dignas y porque esos ideales consumen tiempo que
podemos usar para otras cosas que sí abonan a nuestra vida. Asimismo, muchas de las normas
de belleza implican que las mujeres seamos menos autónomas, como el peso bajo o los
tacones o las faldas apretadas y cortas.

b) “Aumentar el valor de cambio” de las mujeres que son exhibidas para ser reconocidas por su belleza, es decir, para mostrar la mejor imagen posible de la mercancía en venta. Como comunidad que nos atrevemos a soñar un mundo donde la violencia estética no sea posible, ¿qué podemos hacer?

-Cuestionar los prejuicios que me hacen “preferir a las personas que cumplen los ideales de belleza”.

-Negarme a ponerme un valor en función de la cercanía de mi físico con el ideal impuesto.

-Reconocer mis talentos y los talentos de las personas a mi alrededor.

-Evitar «dar cumplidos» a las niñas, adolescentes y jóvenes por su belleza.

-¿Qué más podemos hacer?

 

Ya basta de violencia estética en todas sus manifestaciones.

Ya basta de que las instituciones se atrevan a usar a las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes como objetos para obtener ganancias económicas a corto, mediano o largo plazo.

 

*Karina Verga Sánchez lo explica a detalle en su libro Siwapajti

One thought on “Frente a todos los tipos de violencia estética: la dignidad de la vida

  1. Algo que creo puede empeorar la situación de la violencia estética es la interiorizada práctica de emitir opiniones todo el tiempo sobre las cuerpas. Creo que dejar de emitir opiniones, como sea que se consideren (negativas o positivas) puede contribuir a combatir los dicursos y las narrativas en torno a los estereotipos hegemónicos de belleza. Aunque es una práctica difícil, creo que por ahí se puede comenzar.

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