Cultura

Entrevista a una mujer: de guardar nuestra memoria colectiva

«Hola, Luna», ilustración de Brooke Smart vía Pinterest

Por Montserrat Pérez

 

Veo una foto de mi abuela Josefina y me pregunto por su vida. Falleció cuando yo era muy chica, así que no pude hablar con ella de muchísimas cosas: de su vida en Hidalgo, de cómo llegó a la Ciudad de México, de sus expectativas, miedos, logros. Todos los relatos de su vida vienen de la boca de otros miembros de mi familia paterna. Por otro lado, sí pude hacerlo con mi abuela materna, Martha Elena, aunque no se me ocurrió escribirlo y hay detalles de sus relatos que poco a poco se van perdiendo en mi memoria, por más que intento aferrarme a sus palabras, a sus aventuras, a sus lecciones de autodefensa y dignidad.

Pienso en que esas historias son valiosas, que deberían estar asentadas en papel, en algún archivo de vidas de mujeres, algún repositorio en el que podamos guardar nuestra memoria colectiva sin la intervención de los hombres, sin que nos cuenten de la vida de nuestras madres, tías, abuelas, maestras en función de los hombres a quienes “amaron” o cuidaron. Porque siempre nos cuentan así las historias de las mujeres: que cuidó a tantos hijos, que se casó con tal o cual. Lo menciona con mucha más claridad Jocelyn Soto en su texto “Reescribir nuestra historia desde el feminismo”:

…casi nunca se registra la voz o el testimonio directo de la pionera, no se recuperan las entrevistas que le hicieron ni sus reflexiones escritas. En algunos casos se revelan detalles de su personalidad pero casi siempre vinculados con la forma en la que se relacionaba con sus parejas, sus padres, con sus compañeros de trabajo o con sus hijos. Por el contrario, las biografías sobre ellas sí retoman los testimonios de los hombres que las rodearon y nos afirman que fueron pioneras, cada una -según su visión- “excepcional” entre el resto de las mujeres, lo que les permitió mezclarse entre ellos y sus grupos de artistas.

Eso, aunque sea “rescatar la historia de las mujeres”, es contarla a través de los hombres y de la misoginia, es retratar a una mujer a través de lo que el patriarcado atribuye como aptitudes para asignarle un valor “privilegiado” en las relaciones sociales de acuerdo a la escala de lo que para ellos es lo importante.”

Es decir, cuando se escribe de nosotras es porque se considera que hicimos algo “fuera de lo normal”, que excedimos las expectativas de los hombres, que en realidad es que logramos combatir de alguna forma la misoginia y seguimos nuestros deseos y vocaciones. Lo cual es normal, si pensamos en las mujeres que nos rodean: ¿cuántas no salieron de contextos de violencia y se hicieron una vida? ¿Cuántas lograron escapar los mandatos de sus familias o contextos? ¿Cuántas renunciaron a la maternidad? ¿Cuántas ejercieron su maternidad solas? ¿Cuántas fueron artistas, ingenieras, científicas, matemáticas, historiadoras, parteras?

Hay un ejercicio que me gusta hacer para poner más en perspectiva cómo hemos sido vetadas de la historia del mundo: imaginemos un libro de historia, el que queramos, ahora imaginemos que tenemos un plumón negro y que lo que tenemos que hacer es tachar los nombres de los hombres que vienen en esos libros. ¿Cómo se vería al final? Probablemente nos quedarían un montón de hojas tachadas con un par de nombres de mujeres. Esa  “historia universal” es la historia de los hombres. Inclusive las mujeres que se mencionan ahí son mujeres muy específicas: reinas europeas o egipcias que vivieron hace cientos o miles de años, algunas científicas como Marie Curie, igual y algunas ganadoras del Nobel o las mujeres “malas”, a las que se usa como ejemplos para decirnos a las demás cómo no debemos ser.

Por eso, tengo una propuesta muy concreta: entrevistemos a una mujer a la que admiremos o amemos. Pueden ser varias, pero el punto es que si todas escribimos sobre otra mujer en nuestro entorno, podemos generar algo que nos permita volver, reconocer, imaginar, volcarnos hacia el pasado para afirmar nuestro futuro.

 

Dejo una lista de preguntas que podemos hacer:

-¿Cómo te llamas?

-¿En dónde y cuándo naciste?

-¿Qué recuerdos tienes de tu infancia?

-¿Cómo recuerdas a las mujeres de tu alrededor?

-¿Qué te gustaba hacer de niña? ¿Tuviste alguna amiga o amigas que recuerdes en especial?

-¿Había diferencias en cómo trataban a las mujeres y a los hombres? ¿Cuáles eran?

-¿Qué me puedes contar de tu adolescencia y juventud?

-¿Hay algún episodio importante en este momento de tu vida?

-¿Qué querías hacer cuando crecieras?

-¿Cuáles eran tus pasatiempos? ¿Son parecidos a los que ahora tienes?

-¿Tienes algún lugar favorito donde te guste estar?

-¿Cuál es tu comida favorita y por qué?

-¿Qué música te gusta?

-¿Cómo te sientes hoy en día? ¿Qué sueños y expectativas tienes?

-¿Hay alguna mujer que admires? ¿Por qué?

-¿Hay algún consejo que tengas para otras mujeres o niñas?

 

¡Las invito a que entrevisten a alguna mujer querida y nos manden el resultado! ¡Guardemos nuestra historia! ¡Vamos a celebrar nuestras vidas!

P.d. Si sí haces alguna entrevista, no dudes en mandárnosla a contacto@impetumexico.org

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La Crítica