Estaba la Catrina,
muy enojada en el panteón,
porque ya no había espacio
para tanto macho fanfarrón.

Se vino muy decidida
a enterrarlos por montón,
empezando por los babosos
que le gritaban en el callejón.

Ya traía en su lista
a los que golpean y violan,
pero no dejó fuera
a los que humillan y acosan.

No faltó el ignorante
que «feminazi» la llamara,
pero la calaca muy campante
al machirul ignoraba.

Al finalizar el día,
hubo gran fiesta en el panteón,
con pancartas, batucada
y una ofrenda de pilón,

celebrando que los machos

ya en la tumba estaban,

que el mundo era feminista

y las mujeres lo disfrutaban.

Autora: M Barrera

Papel picado dia de muertos_02

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La Crítica