Cuento

[Cuento] Los Tejidos De Volcán

Gretel Alejandra Dueñas Romo

En cada mujer, entre el onfalocráter y el monte de venus, escondida, subterránea un poco hacia el sur vive Volcán, conocida por sus tejidos gruesos, calientes y de gran calidad. Esta es su histeria…

Cuando Volcán era pequeña, comenzó a hacer amistad con sus vecinas, las Hermanas Ovarias. Las tomaba con sus trompas abrazándolas. También se juntaba con su prima Vulva, se encontraban en el exterior y se acoplaba bien la pachanguera Clítoris.

De La Morse Ilustradora

Pasaron sus infancias juntas, creciendo y conviviendo. Un día, las hermanas Ovarias empezaron a notar extraña a Volcán. Se quedaba tejiendo todo el día, tejía endometrios gruesos y cobijaba su interior. Se preguntaban para qué los querría, sentían que pasaba mucho tiempo en eso, era algo nuevo para ellas y les parecía tan raro que decidieron mandarle mensajes.

Así pasaron días y notaron que entre más mensajes le llegaban, más y más tejía, parecía que la inspiraran. Así que dejaron de mandarle recados. Además ya estaban notando también transformaciones en ellas mismas y eso las asustó un poco. Una mañana, Volcán había “hecho erupción”, su cuello por fin estaba blandito, descansaba luego de tanto tejer. Sus tejidos, firmados con su sangre para poderlos identificar, salían al exterior. Eran obras de arte nutridoras de plantas, que además servían para pintar lienzos y que devolvían a Pacha la vida que por ese mes, de gozo tejedor, le había convidado.

De Sarah Naqvi

Cada luna pasaba lo mismo, aunque al principio era confuso. A veces pasaba días tejiendo, otras veces semanas, eso dependía mucho de los mensajes de las vecinas, mas con el paso de los años pudieron ponerse de acuerdo las Hermanas y Volcán para que sus mensajes fueran transmitidos también en esos tejidos. Lograron un ritmo cíclico, como música que coordinaba a toda las involucradas.

De Zanele Muholi

Los días en que las obras de Volcán y las Hermanas se exponían en el exterior, se hacían rituales con ungüentos de lavanda, caléndula y manzanilla. A veces venían amigas extranjeras, como las arterias sanadoras que  ayudaban a que Volcán se desprendiera de sus preciados tejidos; eran tan hermosos que quería conservarlos y en un acto terapéutico de aceptación, al estilo de la Gurú Ruda Romero, Volcán soltaba agradecida de haber creado.

De Tinet Elmgren

Pasaron los años y las Hermanas Ovarias seguían escribiendo los mensajes, pero ahora con más dificultad, al grado de que en ocasiones Volcán no podía tejer, a eso se sumaba el cansancio de todas, y con toda razón: ¡Habían creado juntas, por más de 400 lunas! Contaban tanta alegría, tanta ternura, cantos y mensajes amorosos que pasaban tardes y noches enteras recordando. Con esas pláticas acordaron que ya era suficiente: era momento de disfrutarse en la cohabitación, en abrazarse, en estar. Simplemente, estar.

De Aitch

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La Crítica