Literatura

[Cuento] La trenza de la abuela Ixtle

Por Abril Mezo Elias

… entonces, desperté y la trenza de mi madre estaba junto a mí.

De mi abuela también conservo su trenza de pelo cano, es blanca y muy larga, la he encontrado en el baúl con las cosas que mi mamá no se llevó. Recuerdo a mi mamá decir que la abuela se la dio antes de irse al doctor.

En ese baúl están los palos con la urdimbre bien peinada todavía y el mecapal que ceñía tu fina cintura que de niña veía de espaldas cuando trabajabas. Nunca lo aprendí a usar pero mi tía me enseñó a usar la máquina de coser; cuando cosemos juntas me habla de ti.

Ese día era jueves de Corpus Christi, llegaste estrepitosamente desde los barrios bailando, pululando, jadeando extasiada entre risas guturales y aullidos. Tus hijos los más preciados, y tus hijas también; los viejos y las viejas se disfrazaron con tu cabellera blanca para ir a bendecir al santo patrono en el pequeño útero sagrado. ¡Pareciera como si todos tus cabellos hubieran quedado esparcidos por las calles! cabellos raspados desde el corazón.

Antes de que la fiesta terminara corriste hacia tu casa la última del monte, tus huaraches de plástico no esquivaron los charcos.

Demasiado tarde, cuando llegaste él ya estaba esperándote en el comedor muy molesto, hambriento. Tiró fuertemente de tu negra y espesa trenza; el dolor no se te quitó ni después de haberla cortado, tampoco cuando la dejaste debajo de mi almohada.

Querer o no querer nacer…

Mi madrina, quien es la partera que le ayudó a mi mamá cuando yo nací, me contó que el cordón umbilical estaba enredado en mi cuello y que me resistía a salir. Que le sobó la panza muy recio hasta que me acomodé. Que nací por allá… a donde cortaban el maguey juntas.

Dice mi madrina que el cordón que nos une con nuestra madre es el mismo con el que se laza al toro en la fiesta de los Xitas, los Viejos de Corpus. Porque según ella en los tejidos y en todos los hilos viven las diosas Ixcuinames, las que tienen pintura negra en la boca y la luna creciente en la nariz; son las hilanderas de la vida; las tejedoras de la muerte y de los destinos; las tejedoras de ombligos, las que nos regalan a nosotras las epifanías femeninas; las que machucan y raspan las fibras del corazón.

*Cuento inspirado y contextualizado en la fiesta patronal de Corpus Christi de Temascalcingo, Estado de México, 2021.

 

 

 

 

 

 

 

Referencias

  • Mikulska, Katarzyna (2001). Tlazoltéotl, una diosa del maguey. Anales de antropología. (35). Instituto de Investigaciones Antropológicas – UNAM.
  • DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iia.24486221e.2001.1.14889
  • Schaefer, Stacy (2003). El telar como objeto de poder sagrado en la cultura huichola. En Jesús Jáuregui (Ed.) Flechadores de estrellas. (pp. 143-160). Guadalajara. INAH.

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La Crítica